¡Bendiciones a todos en nuestro tercer día de la serie sobre “El Poder de Nuestras Palabras”! Hoy reflexionaremos sobre el poder de nuestras palabras y cómo reflejan lo que hay en nuestro corazón.
Versículo del día: El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. Lucas 6:45.
Meta: Guardar nuestro corazón.
Reflexiona.
Existen personas que son muy buenas, que tienen las mejores intenciones, que tienen un corazón bueno, pero a veces sus actitudes, y sus palabras reflejan lo contrario porque almacenan heridas, dolor, malas experiencias que guardan en su corazón. Pero también hay personas que incentivan a otros a ser mejores, que transmiten alegría y gozo que sienten en su corazón.
Jesús dice: El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. ¿Cómo conocemos el corazón de una persona? Simple, por lo que habla, por como se expresa. Jesús revela un misterio que nosotros debemos de entender. Si una persona está herida, cada vez que hable hablará desde su herida, si una persona está llena de gozo, sus palabras reflejarán ese gozo que hay en su corazón.
A veces yo he escuchado a personas que hablan de Dios, pero me presentan un Dios de odio, un Dios que es insensible al dolor ajeno, un Dios que no tiene amor, pero, sin embargo, yo y esa persona tenemos una revelación de Dios diferente, porque yo a quien he conocido es a un Dios de amor, a un Dios que por amor entrego lo más preciado que tenía, su hijo, para morir por nosotros, para salvarnos de la muerte eterna, yo conozco a un Dios que hace milagros, un Dios que sana.
Entonces cuando me encuentro a personas que hablan de esta forma me doy cuenta de que en esta persona hay una herida, hay un acontecimiento que ha provocado que tenga esta mirada de Dios. Entonces dos personas distintas pueden hablar de una forma u otra por aquello que hay dentro de su corazón. Todo lo que yo hablaba era desde la alegría, desde el amor, y aquella persona hablaba desde su dolor.
Por eso no podemos juzgar a nadie, porque no importa que su corazón este duro como una roca, Dios dice en su palabra que él puede darnos un corazón nuevo. Hoy si tienes un corazón herido, un corazón insensible Dios puede cambiarlo. La palabra dice en Ezequiel 36: 26. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
Cuando en mi corazón hay gozo, hay paz, hay amor, yo hablaré palabras de amor, de gozo, de paz. No sé si te has fijado que cuando vas a hacer un proyecto y se lo cuentas a una persona que es muy negativa, ya no tienes ganas de hacer aquello que pensabas hacer. Hay personas que están llenas de temor, de miedo, y cuando le piden un consejo solo habla de lo malo que le puede acontecer, de las pérdidas que puede tener, pero porque pasa esto, porque está hablando de lo que conoce, de lo que hay en su corazón. Nuestras palabras son el reflejo de nuestro corazón. Sin embargo, cuando vas donde una persona de fe, y le cuentas tus proyectos, sales de ahí renovado, con nuevas fuerzas, con gozo, por lo general yo les pido consejo a personas llenas de fe, porque ellos me impulsan a creer, a confiar que en Dios todo es posible.
Hay personas que cada vez que se acercan a ti es para criticar, siempre ven algo mal en ti y en lo que haces, muchos tienen el corazón dañado, están heridos y cada vez que hablan de esa forma porque no pueden dar lo que no tienen. Yo solo doy amor cuando mi corazón hay amor, yo solo transmito paz cuando mi corazón hay paz. Yo transmito angustia, cuando en mi corazón hay angustia, transmito odio, cuando en mí hay odio. Solo puedo dar de aquello que estoy lleno.
A veces estamos hablando con una persona y terminamos cargados y hasta con dolor de cabeza, porque aquella persona estaba llena de preocupación, temor, inseguridad y miedo, entonces podemos decir, que nosotros transmitimos a los demás de lo que estamos llenos. Nosotros transmitimos fe cuando estamos llenos de fe, transmitimos alegría cuando estamos llenos de alegría.
Te invito a reflexionar acerca de lo que transmites y verás de qué está lleno tu corazón. La biblia dice en Proverbios 4:23. Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida. No permitas que tu corazón se contamine, procura guardar tu corazón porque él es quien guía tu vida.
Hoy si sientes que necesitas ser cambiado o cambiada por Dios, ve delante de su presencia, y pídele que sane tu corazón, que llene tu vida de paz, de gozo, porque solo puedas dar de aquello que estás lleno. Muchas veces no es que seamos malas personas, es que nuestro corazón necesita ser limpiado, necesita ser transformado, el cambio viene desde adentro. Solo damos aquello que hay en nuestro corazón. Dios puede cambiar tu corazón, Dios puede hacer que ya no vivas con tristeza, con amargura, Dios puede en esta hora hacer las cosas nuevas.
Ora: Señor, ayúdame a tener un corazón limpio, que todo lo que salga de mí sea para bendición, en este día te pido que seas tú quitando de mi corazón todo lo que trae angustia, dolor, y todo aquello que no es de tu agrado.
Agradece: Gracias Dios, porque tú eres bueno. Gracias porque para ti no hay nada que no puedas arreglar, te pido que en este día me ayudes a guardar mi corazón.
Reflexiona: ¿Qué revelan tus palabras sobre lo que hay en tu corazón? ¿Cómo puedes asegurarte de que tus palabras reflejen amor, bondad y verdad, impactando positivamente a quienes te rodean?
Te invito a compartir tus reflexiones en los comentarios y a considerar cómo puedes usar tus palabras para edificar y inspirar a otros en lugar de dañar o desanimar. ¡Esperamos escuchar tus pensamientos mientras exploramos juntos.