Jesús les contó una parábola que todos conocemos. La biblia dice que el motivo fue el siguiente: los fariseos y los maestros de la ley se quejaban de que Jesús se juntaba con pecadores y hasta comía con ellos. Esos pecadores a quienes ellos se referían eran los cobradores de impuestos como Zaqueo, Mateo, que conocemos sus historias, pues estas personas venían a escuchar las enseñanzas de Jesús.
Los fariseos tenían el mismo defecto que ellos, ellos también eran pecadores. Romanos 3:23. Todos somos pecadores. Ahora la diferencia es que unos reconocían la necesidad que tenían de escuchar las palabras de Jesús.
Hay muchos pecadores en la biblia que estaban necesitados de una palabra.
1. La mujer pecadora, que derramó el perfume. 2. Zaqueo el cobrador de impuestos.
3. El paralítico y sus 4 amigos. Entre otras personas que aunque cometían pecados, hacían cosas que no estaban bien vistas, sabían que tenían una necesidad de Cristo.
Hoy en día, al igual que en los tiempos de Jesús, esas personas que quieren escuchar la voz de Jesús no pueden porque hay una barrera, hay un sesgo, hay prejuicios, hay miradas, malos comentarios por su apariencia, por lo que hacen. Yo no puedo dejar de ser luz porque me encontré con una persona que está en tinieblas. Yo no puedo decir, me voy y me juntaré donde hay solo luz. La luz no se creó para alumbrar a lo que ya tiene luz, se hizo para alumbrar aquello que está en oscuridad.
Jesús dice en el cielo hay fiesta por uno de esos que se arrepiente, que por 99 que nunca se ha descarriado. Y yo pensando, señor, pero ¿tú no te alegras por aquellos que están bien?, ¿cómo así que te alegras más por un perdido que viene a ti que por los salvos que están en tus caminos?
La misión, la meta no es sanar a los sanos, no es ministra a los que ya ministrados, como dijo Jesús: yo he venido por los enfermos, Mateo 9: 11 Cuando los fariseos vieron esto, preguntaron a los discípulos: «¿Por qué su maestro come con semejante escoria[a]?» 13 Pues no he venido a llamar a los que se creen justos, sino a los que saben que son pecadores». Ya sea que estén ciegos, ya sea que estén atados, o que estén en pecado, yo he venido por ellos. Porque son los que necesitan mis palabras, necesitan ser alumbrados, ser liberados. Por causa de ellos el cielo se goza.
Los leprosos eran gente que vivían apartados, me imagino su sufrimiento lejos de la sociedad, de la familia, seguro ya ni se sabían comportar bien porque vivían solos, hablaban solos, y hacían todos solos. Algunos vivían en comunidad, que yo este leproso no me hace menos persona que tú, que yo esté en pecado no te da el derecho a juzgar y rechazar y porque tú también eres un pecador al igual que yo. Lo único es que tú sabes mi pecado, pero nadie sabe el tuyo.
En la cruz había dos pecadores, los dos eran ladrones e iban a ser condenados por su pecado, pero uno reconoció su error, reconoció que Jesús no tenía pecado, reconoció la necesidad que tenía de él, pero Jesús no lo rechazó. Jesús lo perdonó, y si Jesús te perdonó, ¿cómo es que tú te sientes en la libertad de juzgar y acusar. Como él te perdonó, tú también me puedes perdonar a mí.
¿Cuál es el celo que hay con las personas nuevas que llegan a la iglesia?
Estamos como el hermano mayor 28»El hermano mayor se enojó y no quiso entrar. Su padre salió y le suplicó que entrara, 29 pero él respondió: “Todos estos años, he trabajado para ti como un burro y nunca me negué a hacer nada de lo que me pediste. Y en todo ese tiempo, no me diste ni un cabrito para festejar con mis amigos. 30 Sin embargo, cuando este hijo tuyo regresa después de haber derrochado tu dinero en prostitutas, ¡matas el ternero engordado para celebrar!”. 31»Su padre le dijo: “Mira, querido hijo, tú siempre has estado a mi lado y todo lo que tengo es tuyo”. Lucas 15:28-31.
-Existen unos mata fe, te quitan el ánimo, te desaniman y si te llevas de ellos te hacen regresar al mundo. Pero cuál es la envidia. El padre del segundo hijo de la parábola le dijo, pero porque no te alegras, tu hermano estaba muerto y ahora vive. Porque tienes una actitud incorrecta. Cuando una gente viene a cristo en vez de ayudarlos, darle amor, cuidarlos, y apoyarlos porque es que lo rechazamos, tú no conoces su vida, y por esa misma causa no deberíamos emitir juicio sin saber lo que esta persona ha vivido.
- La mujer pecadora.
En más de una ocasión los discípulos quedaron confundidos con la acción de Jesús. Yo me imagino a los discípulos de Jesús. Gloria a Dios, mi maestro hace milagros, mi maestro tiene la autoridad sobre los demonios. Me imagino a Pedro al lado de Jesús, orgulloso de su maestro y confiado. Pero viene una mujer pecadora a la casa de Simón el leproso y pensó como mi maestro deja que esta mujer se eche sobre él y les bese los pies, como él deja que una pecadora desperdicie ese perfume, y no solamente Pedro, sino las demás personas que se encontraban en esa casa. Y la respuesta de Jesús fue no la molesten, ella tiene la misma oportunidad que ustedes, el mismo derecho de escuchar mis palabras, la misma oportunidad de verme. Y aunque ustedes tienen privilegios, yo les hablo en secreto, y tienen mi compañía ustedes.
Mateo 26: 10 Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? Pues ha hecho conmigo una buena obra. 11 Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis. 12 Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararse para la sepultura. 13 De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que esta ha hecho, para memoria de ella.
2. Zaqueo
Era un cobrador de impuestos, sabía que hacía lo mal hecho, pero ese era su trabajo cobrarles a sus hermanos judíos. Su trabajo lo posicionó, le dio una casa, dinero y comodidades. Pero él veía cómo los demás no tenían dinero y muchas veces tal vez Zaqueo solo hacía lo que se le mandaba, puede que por su ambición o su propia conveniencia hacia lo que hacía. Sin embargo, llegó un momento en el que se decidió a escuchar a Jesús, él sabía que él tenía la respuesta, que Jesús lo podía ayudar, que sin importar su condición, él lo aceptaría. Porque Jesús era diferente, no era como los fariseos, que eran hipócritas, rechazaban a las personas y se creían los más puros y más santos cuando ellos eran los primeros pecadores. Lo único era que tenían posición. No me centraré en sus pecados, pero ya con el hecho de que en su corazón hubiera envidia, ya decía mucho, hablaba de cuán necesitado estaban de Dios. Mateo 15: 8-9. 8. Este pueblo de labios me honra; Más su corazón está lejos de mí. 9 Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.
-La biblia también dice que del corazón habla la boca. Así que las palabras de los fariseos desvelaba lo que había en su corazón.
3. El paralítico y sus 4 amigos.
En otra ocasión Jesús estaba predicando en casa de Pedro y la casa estaba llena hasta rebosar y había entre tanta multitud un grupo de 4 amigos que ingeniaron un plan para llegar adónde estaba Jesús. Esta historia me gusta porque nos revela que debemos perseverar en lo que hacemos, debemos tener fe de que nuestro milagro llegará, ( si Jesús no está en mi ciudad, pues yo iré a buscarlo. Así actuaban las personas de aquel tiempo, pero ahora que tenemos todo más cómodo, ni siquiera oramos y esperamos que otros hagan lo que tenemos que hacer nosotros. Hermano, ore por mí, profeta que usted ve en mí, y hacemos muchas veces que el hombre de Dios peque. Solo por escuchar lo que queremos oír. )
Pero volviendo a la historia, estos 4 hombres me enseñan que cuando quiero llegar a Jesús lo puedo encontrar, pero puede haber obstáculos que yo deberé pasar para llegar hasta él. Ellos miraron y dijeron, la entrada está llena, vamos por la ventana, fueron a la primera y estaba llena, fueron a la otra y estaba repleta. Pues ya no sabemos, cómo entrar. Jesús sabía que ellos estaban necesitados, que estaban luchando por entrar. Cargando a un hombre. Dios podía decir, abran paso, déjenlos pasar. Marcos 2:3 De pronto, llegaron a la casa cuatro personas. Llevaban en una camilla a un hombre que nunca había podido caminar.
Sin embargo, hay algo que Jesús hace, es muy interesante. Jesús no interviene en tu acción de fe. Cuando se trata de dar un paso de fe, el señor como que se aparta y te deja tranquilo. El señor dice, voy a dejarla a ver hasta dónde llega su fe. Y Jesús no hizo nada. Dice la biblia que Jesús enseñaba. 4 Como había tanta gente, subieron al techo[a] y abrieron un agujero. Por allí bajaron al enfermo en la camilla donde estaba acostado. 5 Cuando Jesús vio la gran confianza que aquellos hombres tenían en él, le dijo al paralítico: «Amigo, te perdono tus pecados.»
-Jesús vio fe, Jesús vio que ellos verdaderamente reconocían que Jesús podía hacer un milagro.
6 Al oír lo que Jesús le dijo al paralítico, unos maestros de la Ley que allí estaban pensaron: 7 «¿Cómo se atreve este a hablar así? ¡Lo que dice es una ofensa contra Dios! Sólo Dios puede perdonar pecados.»
- Esta es la cuestión: ellos pensaron mal, emitieron juicio. Muchas veces pareciera que nosotros envés de alegrarnos por una persona que Dios sanó, restauró, nosotros hacemos lo contrario. Y decimos, pero y este que se cree, porque cree que oraron por ella, porque tiene tantos meses en la iglesia, ya cree que es uno de los nuestros. Porque usa tal cosa, hace esto o lo otro, cree que está bien.
8 Pero Jesús se dio cuenta de lo que estaban pensando, y les dijo: «¿Por qué piensan así? 9 Díganme, ¿qué es más fácil? ¿Perdonar a este enfermo, o sanarlo? 10 Pues voy a demostrarles que yo, el Hijo del hombre, tengo autoridad aquí en la tierra para perdonar pecados.»Entonces le dijo al que no podía caminar: 11 «Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.»
- Me gusta que Jesús es justo, y él no tiene acepción de personas, que el señor te acepta cuando los demás te rechazan, que él te apoya, cuando otros te dan la espalda, que él te da la mano, cuando otros se niegan a levantarte. Jesús dijo: El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; Lucas 4:18
Jesús vino a cambiar la mentalidad errónea que tenían las personas, él vino a mostrar el verdadero evangelio. Y demostrarles a aquellos que se creían que lo sabían todo, que tenían que volver al principio y aprender cómo tratar a las personas, les dijo que tenían que aprender a perdonar, que tenían que aceptar a las personas.
Si una vez fuiste del mundo y viniste a Cristo, pues dale gloria a Dios por eso, pero no niegues la ayuda a una persona que está perdida en el mundo, no lo juzgues, porque un día tú también estuviste en su lugar y por gracia de Dios estás aquí. Tal vez tu proceso fue de unos cuantos años, unos cuantos meses, pero el proceso de tu hermano es diferente al tuyo. Quién sabe si tú llevas la vida entera en el proceso de aprendizaje y de entrenamiento, pero tu hermano no necesita una vida entera, solo necesita un año, unos meses. Porque ya el vino del mundo y él conoce aquello que no está bien, ya él sabe todo aquello que le causó retraso en su vida, y ya tiene experiencia. Así que no menospreciemos a los pequeños que llegan a la casa de Dios. Si no más bien comparte con él, o ella, sé su amigo, su hermano, ayúdalo, tal vez aprendas de él, y él de ti.
Lucas 15: no seamos como el hijo mayor 28 »El hermano mayor se enojó y no quiso entrar. Su padre salió y le suplicó que entrara, 29 pero él respondió: “Todos estos años, he trabajado para ti como un burro y nunca me negué a hacer nada de lo que me pediste. Y en todo ese tiempo, no me diste ni un cabrito para festejar con mis amigos. 30 Sin embargo, cuando este hijo tuyo regresa después de haber derrochado tu dinero en prostitutas, ¡matas el ternero engordado para celebrar!”.31 »Su padre le dijo: “Mira, querido hijo, tú siempre has estado a mi lado y todo lo que tengo es tuyo. 32 Teníamos que celebrar este día feliz. ¡Pues tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida! ¡Estaba perdido y ahora ha sido encontrado!”».
- Dios quiere que aceptemos a nuestros hermanos que han venido y aquellos que llegarán. Dios quiere que cuando lleguen esos hijos que habían estado periodos, solos en el mundo, regresen y que cuando regresen tengan una gran familia que los acepte, que los ame, que los guíe. Nadie quiere que les recuerde su pecado, su pasado. En vez de eso, da testimonio de cómo Dios te liberó y te sanó y como ahora vives una vida nueva en Cristo. Porque las cosas viejas pasaron y he aquí todas son hechas nuevas. Enséñale que si es posible, que Cristo cambia, que Cristo restaura y que lo que nosotros consideramos como irreparable, lo que parece imposible Dios lo puede restaurar, Dios lo puede hacer posible.