Bendiciones, el día de hoy estaremos hablando de cómo Dios es nuestro guardador y nuestro escudo.
Versículo del día: Isaías 41:10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios, que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Meta: Poner nuestra confianza en Dios.
Reflexiona:
No sé cuanto de ustedes han atravesado un momento de soledad, o un momento de angustia, donde el peligro y el temor es constante. Muchas veces nosotros nos sentimos atemorizados, creemos que estamos solos, pero Dios hoy quiere decirte, que él es tu escudo, que él tiene cuidado de ti.
En la palabra tenemos muchas promesas de Dios, cuando te sientas solo y creas que no puedes más, te invito a meditar en este texto. No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios, que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Dios promete estar con nosotros, Dios dice: No temas, porque yo estoy contigo; cuando pensamos en esta palabra muchas veces, creemos que el miedo y el temor se irán, pero Dios lo que quiere decir, con no temas, es que aunque sientas miedo, aunque sientas temor, confía en que él está contigo.
No desmayes, porque yo soy tu Dios, que te esfuerzo; cuando sintamos que no podemos más, que las fuerzas se nos agotan, tenemos la confianza, en que Dios nos va a fortalecer. Dios es quién nos levanta, Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
Siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Cuando no sabemos qué hacer, Dios nos da su mano, y nos brinda su ayuda, Dios es quien nos sustenta. Así que cuando sientas que no puedes más, ve a Dios y confía en cada una de las promesas que tiene para ti.
Hoy veremos en el caso de Elíseo como Dios fue su escudo y estuvo con él en todo lo que hacía.
Cada vez que el rey de Siria entraba en guerra con Israel, consultaba con sus funcionarios y les decía: «Movilizaremos nuestras fuerzas en tal y tal lugar» Y el profeta Eliseo le comunicaba al rey de Israel cada uno de los planes del rey de Siria, y cada vez que el ejército de Siria se movía hacia algún lugar, Dios le revelaba a Eliseo y Eliseo advertía al rey, y el rey advertía a los soldados para que se cuidaran.
Un día el rey de Siria se molestó y se turbó porque cada uno de sus planes habían sido descubiertos, y cuando les preguntó a sus siervos, descubrió que en Israel había un profeta que desvelaba todo lo que él hablaba hasta en lo más íntimo al rey de Israel. Entonces descubrieron que Eliseo estaba en Dotan, así que una noche, el rey de Siria envió un gran ejército con muchos caballos y carros de guerra para rodear la ciudad.
Al día siguiente, cuando el sirviente del hombre de Dios se levantó temprano y salió, había tropas, caballos y carros de guerra por todos lados. —¡Oh señor! ¿Qué vamos a hacer ahora?—gritó el joven a Eliseo. —¡No tengas miedo!—le dijo Eliseo—. ¡Hay más de nuestro lado que del lado de ellos!
Entonces Eliseo oró: «Oh Señor, ¡abre los ojos de este joven para que vea!». Así que el Señor abrió los ojos del joven, y cuando levantó la vista, vio que la montaña alrededor de Eliseo estaba llena de caballos y carros de fuego.
Es decir, que por más que Giezi, había visto carros de guerra del ejército enemigo, Dios había mandado un ejército de ángeles, con carros de fuego, para respaldarlos. Por más solo que te sientas, o te veas, quiero decirte, que no lo estás. Giezi, solo veía una ciudad situada por el ejército enemigo a su alrededor, pero no veía que eran más lo que los acompañaban a ellos que a sus enemigos.
Muchas veces, cuando nos encontramos en situaciones difíciles, donde el miedo se apodera de nosotros, solo podemos ver aquello que nos dicta nuestros ojos naturales, ¡no hay salida, son demasiados para un solo hombre! , ¡no vamos a librarnos de esto!, ¿qué vamos a hacer? Pero muchas veces, Dios va a tener que mandar a Eliseo a orar por ti, para que tus ojos sean abiertos.
Si solo ves caos, si no ves solución, si solo te centras en el problema, en lo que está delante de ti, debes orar para que tus ojos sean abiertos, y poder ver más allá de lo que tus ojos naturales pueden ver.
En ocasiones, me he sentido sola, he sentido que el miedo y el temor, vienen sobre mí para apagar mi fe, pero Dios, nunca dejó de hablarme y de decirme, no estás sola, yo estoy contigo. Y yo me alegraba, y le daba gracias a Dios, porque él estaba a mi lado, pero volvía a ver mi realidad, y me encontraba sola, y le decía ¿Señor, si tú estás conmigo, por qué es que me veo sola? Y Dios me hizo entender que aunque en mi realidad me veía sola, me veía débil, yo no estaba sola, porque Dios estaba a mi lado para cuidarme, Dios estaba a mi lado para protegerme, y además, ahí estaban los ángeles que él había puesto para guardarme.
Entonces, tuve que confiar en Dios y creer que a pesar de que vivía un tiempo difícil, Dios no se había apartado de mi lado, y como a Giezi, Dios abrió mis ojos, y empecé a ver a Dios, en todas las cosas, aunque en mi realidad parecía estar sola, en lo espiritual, estaba guardada por los ángeles que Dios había puesto a mi lado. Y de ahí en adelante, ya no camine más con miedo, sino que anduve confiada en la palabra que Dios me había dicho, no estás sola, yo estoy contigo.
A veces nos vemos solos, y pensamos que nos encontramos desprotegidos, pero no hemos visto que Dios nos ha cubierto, y que estamos guardados en Dios. A veces Dios permite que vengan situaciones difíciles, para demostrarte que él no se ha olvidado de ti, sino que él tiene un ejército preparado para guardarte.
Eliseo no tuvo ni siquiera que llamar a los ángeles, ellos ya estaban ahí, antes de que el ejército de Siria los situará, ya Dios había mandado a sus ángeles, con carros de fuego. Aunque Eliseo tenía un ejército de ángeles, poderosos, preparados para guardarlo, no hubo necesidad de que ellos atacaran, de que ellos hicieran nada. Muchas veces Dios te hará ver que no estás solo, y te pondrá ángeles a tu lado, pero no va a ver necesidad de que ellos hagan nada, pero aun así Dios los coloca a tu lado para que puedas entender que él tiene cuidado de ti.
Si hoy te sientes solo recuerda que Dios no se ha olvidado de ti, Dios ha puesto un ejército a tu lado, tú no caminas solo, tú no te mueves sola porque Dios está a tu lado guardándote, a través de su palabra él te asegura, que él es tu escudo, que el tu guardador, pero muchas veces, Dios tiene que abrirnos los ojos espirituales para que podamos ver, porque nuestros ojos se han enfocado más en los problemas, más en el miedo, más en el peligro que en el Dios que tiene cuidado de nuestra vida.
Ora: Señor, gracias porque mandas a tus ángeles para guardarme donde quiera que voy. Te pido que abras mis ojos, para que yo pueda ver tu cuidado y tu protección en mi vida.
Agradece.
¿Por qué estás agradecido? Señor, gracias porque eres mi escudo, gracias porque tienes cuidado de mí.