Bendiciones, hoy hablaremos sobre “La Manera Correcta de Pedir” durante un ayuno. Únete al día 2 de nuestra serie sobre el ayuno, donde exploraremos cómo acercarnos a Dios con humildad y reverencia en nuestras peticiones durante este tiempo especial de búsqueda espiritual.
Versículo del día: Santiago 4:3 Aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo que les dará placer.
Meta: Orar de forma correcta.
Reflexiona.
En el devocional anterior estuvimos abordando el tema de cómo debemos presentarnos ante Dios a la hora de hacer un ayuno. Estuvimos haciendo referencia de la importancia que tiene el estado o la manera en que se presenta una ofrenda a Dios. Debemos ser conscientes que podemos, durar horas y horas en ayuno y oración, pero no ver resultado por el simple hecho del estado de nuestro corazón. A veces estamos ayunando, estamos orando, pero estamos enojados con nuestros hermanos, estamos guardando malos sentimientos en nuestro corazón. Recuerda que Dios no solo mira tu sacrificio, Dios también está atento a cómo está tu corazón.
Hoy nos enfocaremos en cómo orar, en ¿cuál es la manera correcta de pedir mientras hacemos un ayuno? Porque no es que no oremos, no le debemos restar importancia a la oración. Porque un ayuno sin oración, es solo una abstinencia de comida, es pasar hambre. La oración y el ayuno van de la mano.
Estoy segura de que alguna vez presentaste un ayuno por alguna situación específica, y esperaste que esa petición fuera contestada, y pediste con fe, y esperaste en Dios, y pusiste todas tus habilidades y esfuerzos en esa oración, y tal vez te cansaste de orar y no viste respuesta. Debes saber que no es que Dios no te escuche, no es que no has pedido con fe, muchas veces no vemos respuesta porque pedimos mal.
Uno de los errores que cometemos cuando vamos a Dios en oración es que no sabemos pedir. En el libro de Santiago dice: Aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo que les dará placer.
- Piden y no reciben porque piden mal, porque lo hacen con malas intenciones, desean solamente lo que les dará placer.
Cuando oramos con la intención de que a otra persona le vaya mal, estamos orando con una intención incorrecta. Dios no se detiene a escuchar ese tipo de oraciones. Porque Dios te dice ama a tu hermano, Dios no te dice que lo odies.
También oramos con envidia en nuestro corazón, y le pedimos a Dios que nos dé cosas mejores que la que tiene tu vecino, a veces no es que necesitamos nada de eso, pero como mi amigo tiene una biblia nueva, nosotros pedimos para que Dios también nos dé una biblia de esa, para demostrar a la otra persona que nosotros también podemos estar como ellos, pero en realidad nuestra biblia está cogiendo polvo en una gaveta, porque ni la usamos, y así con todo lo demás. Si oramos de esta forma estamos orando con malas intenciones.
Es muy común orar como intercambio, es decir, ponemos condiciones a Dios, y muchas veces le exigimos como queremos las cosas, y como deben de ser cumplidas. Cuando oramos a Dios y le hacemos promesas a Dios, a cambio de que él nos supla aquello que deseamos. Muchas veces creemos que podemos mover a Dios, pero Dios es soberano, él hace como él quiere, cuando él quiere y con quien quiere. Es un error al orar, hacer promesas que sabemos que no vamos a cumplir, a cambio de que Dios nos alimente nuestra condición errónea de nuestro corazón, porque pedimos a Dios para satisfacer malos nuestros deleites. Sé que hay excepciones, pero la mayoría de veces vamos a hacer un negocio o un intercambio con Dios y no a una relación, no llegamos a una comunión con Dios, porque pensamos que Dios está para cumplir todos nuestros deseos.
Otro error es ayunar solo para recibir una respuesta instantánea de Dios. Cuando deseamos algo y estamos impacientes, pensamos que la manera más rápida de recibir respuesta es ayunando. Y así Dios verá tu sacrificio y te responderá más rápido la oración. Como dije anteriormente, Dios es soberano, no podemos cambiar los planes de Dios, con el hecho de hacer sacrificios. El profeta Samuel en una ocasión le dijo al rey Saúl, es mejor obedecer que los muchos sacrificios. No podemos comprar a Dios con nuestras buenas acciones, con nuestros sacrificios, Dios quiere que le obedezcas, no quiere sacrificios.
2. ¿Con qué intención haces el ayuno?
El ayuno que se hace para comprar a Dios no sirve, el ayuno que se hace para obtener nuestros malos deseos no recibe respuesta, el ayuno que se hace con un corazón lleno de envidia, de engaño, con un corazón incorrecto no es efectivo. Porque entonces estaríamos perdiendo nuestro tiempo, y solamente estaríamos pasando hambre, estaríamos dejando de comer por gusto.
Es importante tener en cuenta la intención, y el propósito con que hacemos un ayuno. Si estamos con un corazón correcto, un objetivo correcto y acorde a la voluntad de Dios, estoy segura de que nuestro ayuno será efectivo.
Ya hemos visto el ayuno que no recibe Dios. Ahora vamos a ver cómo orar de forma correcta.
- Presentar a Dios nuestro ayuno y pedirle su dirección.
Aunque no lo creas si buscamos la dirección de Dios, él nos guiará a pedir de forma correcta. La biblia dice que el Espíritu Santo, el consolador, conoce el corazón del padre, y conoce tu corazón. Por lo tanto, como él conoce tus intenciones, y sabe la necesidad que tienes, él se encargará de hacerte ver cuál es la manera correcta en que debes presentar tu ayuno a Dios, y te enseñará el motivo específico porque orar. Preséntale a Dios tus deseos, y él te conducirá al camino correcto.
2. El Espíritu Santo te guiará a orar conforme a la voluntad de Dios.
El Espíritu de Dios, como conoce al padre, te dará las claves y la manera en la que debes pedir, porque a veces pedimos, por qué creemos que lo necesitamos, porque nos gusta, o porque lo deseamos, pero Dios te guiará a orar por aquellas cosas que necesitas, no por las que tu corazón desea. Porque muchas veces aquello que deseamos nos lleva a cometer errores, y nos traen problemas. Ayunar con un objetivo específico.
3. Cuando ores no uses vanas repeticiones.
Mateo 6:7 dice: Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. Nuestras palabras tienen que ser verdaderas y sinceras delante de Dios. Jesús cuando les enseñó a orar a sus discípulos les dijo que debían orar en intimidad, además les mostró la importancia de ir a Dios con un corazón sincero y humilde. Que tu oración sea sencilla no significa que no sea eficaz, muchas veces por querer decir muchas cosas, terminamos diciendo nada, y decimos cosas que ni siquiera son ciertas, que no tienen sentido.
4. Cuando ores ora específicamente, constantemente y con fe.
1 Juan 5:14 dice: Esta es la confianza que tenemos para acercarnos a Dios: que si pedimos algo de acuerdo con su voluntad, él nos oye. El Señor está atento a nuestras oraciones, cuando estés delante de Dios, con el corazón correcto, con la guianza del Espíritu Santo, pidiendo de acorde a la voluntad de Dios y no de acorde a tus malos deseos y placeres, comienza a orar de forma específica.
Toma un momento para orar por aquello que deseas ver con fe, creyendo que tu padre celestial te está escuchando. No importa la cantidad, sino la calidad. Seremos efectivos cuando somos constantes en nuestras oraciones, no es que Dios se haya olvidado de ella y tengamos que recordarles una y otra vez, se trata de tu constancia, de tu determinación, de tu nivel de fe a la hora de orar. Así como la viuda insistente tuvo respuesta cuanto más nosotros, si oramos constantemente, pues estamos confiados de que él nos escuchó la primera vez que oramos.
Dios está interesado en escucharte, él mismo le dijo a Jeremías, Clama a mí y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Dios quiere que le presentemos todas nuestras peticiones a él, él está dispuesto a escuchar. Ahora procuremos ir a Dios con un corazón limpio, presentémosle una oración sincera y de calidad.
Ora: Señor, te pido que me ayudes a orar de la forma correcta, ayúdame a tomar un tiempo para orar conforme a tu voluntad y no centrarme solo en mis deseos, porque sé que tú me das aquello que necesito conforme a tus riquezas en gloria.
¿Por qué estás agradecido? Gracias, Señor, porque siempre nos enseñas a ser mejores, Gracias por guiarnos en oración Espíritu Santo, y gracias por prestar atención a nuestras peticiones.
¡Queremos saber tu opinión! Déjanos tu comentario y cuéntanos cuál es la parte que más te ha inspirado. Nos encanta escucharte y compartir contigo. ¿Qué peticiones tienes delante de Dios?