Bendiciones, en este devocional exploraremos más a fondo el significado de los talentos y dones, cómo descubrirlos y desarrollarlos, y cómo utilizarlos para servir a Dios ya los demás.
En la Biblia, encontramos numerosas referencias a los talentos y dones que Dios nos ha dado. Estos pueden manifestarse en diferentes áreas de nuestra vida, como el arte, la música, la enseñanza, el liderazgo, la compasión, entre otros. Cada uno de nosotros tiene un propósito y una misión específica en la vida, y nuestros talentos y hechos son herramientas que nos ayudan a cumplir ese propósito.
Es importante reconocer y valorar los talentos y dones que tenemos, ya que son un regalo de Dios. Al utilizarlos de manera sabia y responsable, podemos impactar positivamente a quienes nos rodean y glorificar a Dios con nuestras acciones.
Versículo del día: Mateo 25:19-21. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
Meta: Ser buenos administradores de lo que Dios ha puesto en nuestras manos .
Reflexiona.
Algunas veces pensamos que no tenemos ningún talento, o que otras personas han sido bendecidas con más habilidades de las que nosotros poseemos. A veces no utilizamos nuestros talentos por miedo a fracasar o por miedo a ser criticados por los demás. Pero la verdad es que cada uno de nosotros fue bendecido con un talento.
La biblia en el libro de Mateo 25 nos narra la parábola de los talentos. Al inicio de esta parábola se nos dice que el reino de los cielos es como un hombre que entregó sus bienes a sus siervos. Es decir, que nosotros somos administradores, a cada uno de nosotros se nos ha dado un talento, que debemos administrar. Hemos recibido del cielo algo preciado.
Todos nosotros hemos recibido uno o más talentos y hemos recibido uno o más dones. Un talento es la capacidad natural que tiene una persona para realizar una determinada actividad o tarea. Los talentos vienen desde que nacemos, es decir, encierra el ámbito natural, nosotros podemos heredar algún talento de nuestros padres como por ejemplo el cantar, el enseñar, entre otros talentos. Todos nosotros hemos sido dotado de capacidades especiales como enseñar, aprender con facilidad un idioma, la creatividad, hablar en público, danzar…
Dios no es injusto, tampoco tiene acepción de personas, por eso no podemos decir, no es justo, yo quería, el talento de María, o el talento que tengo no me corresponde, porque yo creo que debería tener el talento de cantar, pero se me han dado el talento de enseñar. A veces, queremos lo que no tenemos y creemos que merecemos talentos que no tenemos, pero la verdad es que eres mejor maestro que cantante, eres mejor tocando el piano que dirigiendo a otros, la biblia dice que los talentos se han repartido según la capacidad de la persona. Nosotros podemos hacer juicios de valor, podemos querer cosas que no tenemos pero el dador de los talentos ha decidido repartirlo según la capacidad. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.
Ahora ya que sabemos que hemos sido seleccionados o escogidos para portar un talento, ¿Qué debemos hacer con aquello que hemos recibido? ¿Para qué se nos ha entregado estos talentos? Vamos a ver lo que nos dice el versículo 16-17 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Los talentos se nos han dado para multiplicarlo, no para esconderlo, no para guardarlo. A veces tenemos miedo, y decidimos esconder aquello que se nos ha dado, pero si queremos ser buenos administradores debemos cuidar y hacer producir lo que se nos ha entregado en nuestras manos.
¿Qué pasa cuando somos buenos administradores?
Seremos recompensados, seremos tomado en cuenta para recibir más responsabilidad y se nos asignará otro talento para que administremos y lo multipliquemos. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
Llegará un día en el que todos nosotros estaremos delante de nuestro Señor, y se nos pedirá cuenta de lo que hicimos con aquello que se nos había entregado. Entonces, si nosotros sabemos que hemos sido dotado con un talento procuraremos descubrir, analizar aquello que se nos ha entregado, empezaremos a trabajar y a desarrollar lo que hemos recibido para ser más efectivos, y terminaremos multiplicando ese talento que se puso a nuestro cargo o a nuestra responsabilidad y nueva vez seremos recompensados.
¿Qué pasa con las personas que tienen talentos pero no han sido buenos administradores?
Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Muchos tal vez, habrán malgastado el talento que se les dio, y otros no podrán producir nada porque se dejaron envolver por el miedo y al final terminarán escondiendo aquello que se les había dado. Entonces, ya no serán tomados en cuenta para administrar nuevamente otro talento. A este tipo de personas no se les recompensa sino que se les reclamará por su negligencia, por no haber sido buenos administradores se les quitará lo poco que tenían y se les dará a aquel que había multiplicado sus talentos y este llegará a obtener más. Además de quitarle lo poco que tenían, serán arrojados a las tinieblas, donde habrá llanto y crujir de dientes.
Entonces, podemos entender que así como las ramas secas que no producen frutos son echadas al fuego, así será con aquellas personas que no han administrado los talentos que se les ha entregado a su cargo. La biblia dice: Porque Dios «pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras» (Romanos 2:6).
Así como fuimos dotados con talentos así también fuimos dotados con regalos o dones. La palabra don significa regalo, gracia. Estos dones nos fueron dados por el Espíritu según su voluntad. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. (1 Corintios 12:8-10). Los dones según la biblia nos fueron dados para provecho, para ayudarnos unos a otros, no para exhibirlos, ni para esconderlos. Debemos tener cuidado y no usar los dones de forma egoísta, porque los dones nos han sido dado como regalo para provecho del cuerpo de Cristo, no para satisfacer las necesidades de una persona egoísta.
Cada uno de nosotros tenemos dones y talentos repartidos entre los hombres según la capacidad, y según la voluntad del Espíritu. Para multiplicarlos y para provecho de nosotros mismos. Procuremos agradar y honrar a Dios con cada uno de los dones y talentos que nos ha dado.
El Señor ha depositado en tus manos algo preciado, empieza a multiplicar lo que tienes y si por miedo u alguna razón has enterrado ese talento o don que Dios ha puesto en tus manos comienza a desenterrarlo.
Todos fuimos hechos para buenas obras, que Dios había preparado de antemano, para que anduviésemos en ellas, nuestra labor es ser fructíferos, es bendecir, dar a otros lo que por gracia hemos recibido. Si Dios ha querido depositar en nosotros esa gracia, pues empecemos a poner por obra aquello que él quiere que nosotros manifestemos.
Recuerda. Cada uno le daremos cuenta a Dios por cada una de las cosas que Dios en su infinito amor y gracia nos ha entregado. Dios un día pedirá cuentas por aquello que él ha dejado a tu cargo. Aprendamos desde ahora a administrar y a cuidar con diligencia lo que Dios nos ha dado.
¿Por qué estás agradecido? Señor, gracias por cada uno de los dones y talentos que has puesto en mis manos, ayúdame a ser buena administradora de aquello que me has entregado.
Ora: Padre, te pido perdón si no he valorado aquello que has puesto a mi cargo, ayúdame a cuidar y a multiplicar los talentos que has puesto en mis manos. También te pido que me ayudes a edificar, a bendecir a otros con los dones que me has entregado.
Agradezco leer tus pensamientos, por eso, te animo a meditar: ¿En qué áreas específicas puedo utilizar mis talentos para servir a Dios? Que la paz de Dios esté contigo siempre y que su amor te guíe en cada paso que des. Recuerda que Dios te ama incondicionalmente y siempre está dispuesto a escucharte y ayudarte en todo momento. ¡Espero que en este día puedas utilizar las habilidades y talentos que Dios te ha dado!
Hasta un próximo devocional.