Basado en los conceptos del libro “Una vida con propósito” de Rick Warren.
Bendiciones, el día de hoy empezaremos una nueva serie, está semana comenzaremos el año hablando de nuestro propósito.
Versículo del día: Efesios 2:10. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Meta: Empezar a buscar nuestro propósito en Dios.
Reflexiona.
Muchos de nosotros en algún momento nos hemos preguntado, ¿Cuál es el sentido de mi vida?, ¿Para qué estoy vivo?, ¿Cuál es el papel que debo desempeñar aquí en esta vida? Muchos, tal vez, han pensado, no tengo propósito, no soy de utilidad. Pero en este día quiero decirte que la verdad, todos fuimos creados con un propósito, y que todos nosotros somos parte de un plan maravilloso.
No estás vivo por casualidad, tampoco eres un error de tus padres, no estás aquí para ser una persona ordinaria, estás aquí para ser una persona extraordinaria en Dios.
Todo lo que Dios creó es hermoso, todo lo que Dios creó tiene una función, tiene una asignación, un propósito. Si has buscado y no has encontrado cuál es tu propósito, puede ser porque has estado buscando de la manera incorrecta.
Lo primero que hay que saber para encontrar nuestro propósito es, que has sido creado para hacer la voluntad de Dios. Mi propósito va más allá de mis propios logros, más allá de mi felicidad. Mi propósito es más grande que mis propios sueños, que mis propios planes. Va más allá que mi familia y que mi carrera. Estás aquí y has nacido para hacer la voluntad y cumplir el propósito de Dios en la tierra.
No podemos encontrar nuestro propósito nosotros mismos sino en la fuente. Sabes que, solo el inventor, sabe qué función, qué propósito tiene su creación. Para saber para qué fuimos diseñados, necesitamos ir donde nuestro creador, debemos ir ante Dios y pedirle que nos revele para que él nos ha traído aquí a la tierra.
Necesitamos que nuestro creador nos revele cuál es nuestra asignación. Dios es la fuente, él te ha dotado de dones, talentos y te ha dado la capacidad necesaria para cumplir todo aquello para lo cual has sido diseñado. Dios te enseñará y te ayudará a entender tu propósito aquí en la tierra.
La biblia dice que Dios nos creó a su imagen, somos hechura suya, creados para buenas obras, que él preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Es decir, que todos tenemos un propósito, Dios antes de la fundación del mundo ya te pensó y te asignó un propósito. Estamos creados para hacer buenas obras en las cuales Dios quiere que andemos.
Esto quiere decir, que todo lo que no se parezca al plan de Dios, no está diseñado para ti. No estamos aquí para vivir nuestras vidas y pasar por el mundo, dejando destrucción a cada lugar al que vamos. Dios te creó para hacer buenas obras, empieza a preguntarle a tu creador, ¿Cuáles son aquellas buenas obras que el diseño para ti?
¿Qué sucede cuando no sabemos nuestro propósito?
Cuando no conocemos nuestro propósito, nos sentimos incapaces de ser productivos, dejaremos que cualquiera nos utilice para aquello que desea hacer con nosotros. Dejaremos que cualquiera nos desprecie, que cualquiera nos humille, que cualquiera nos tenga en baja estima.
Cuando no tienes un propósito definido, serás lo que las personas dicen o creen que tú eres. Te conformarás con poco, pero fuiste diseñado para algo más sobrenatural que ser lo que la gente o el mundo dice que eres.
Somos como una vasija que el alfarero creó para portar algo, para retener algo. Muchas veces, hay vasijas que nosotros mismos no sabemos para qué funcionan, hay utensilios, hay cosas que no sabemos para qué sirven, y nosotros la dejamos a un lado, y no le damos un uso, no la hacemos funcionar, para aquello que fue creado porque no conocemos su uso. Pero una vez que tenemos la revelación y entendemos su propósito, podemos utilizar esa vasija, ese objeto, esa cosa para una utilidad.
Nuestro propósito es el que le da sentido a nuestra vida. Sin un propósito no tendremos una meta, no tendremos un camino trazado por el cual dirigirnos.
¿Qué sucede cuando conocemos nuestro propósito?
Cuando sabes quien eres, y para qué fuiste creado, no te dejaras llevar por las voces equivocadas, no harás nada que se aleje del plan que ha sido trazado para ti. Cuando conoces tu identidad, nadie podrá usarte a su manera, nadie podrá hacerte sentir menos de lo que eres.
No serás una vasija vacía, no serás considerado como una vasija inservible, porque sabes para qué fuiste diseñado y solo darás fruto en el área, en la cual fuiste predestinado a crecer.
Serás fructífero, serás una persona llena de esperanza, llena de vida. Porque nuestro propósito es el que le da sentido a lo que somos. Seremos de utilidad y podremos ser capaces de cumplir y hacer aquellas cosas, para lo cual fuimos creados.
Hay personas que aunque son éxitos, aunque tienen muchos seguidores, aunque son buenos en lo que hacen, se sienten vacíos, porque saben que aún no han encontrado su propósito. No eres lo que la gente dice de ti, eres lo que Dios dice que eres. No estás hecho para hacer lo que la gente cree que fuiste diseñado, has sido creado para hacer buenas obras que Dios creó antes de la fundación del mundo para que andes en ellas.
Así que en este día empieza a pensar y reflexiona en tu vida. ¿Estoy encaminado hacia mi propósito? ¿Por qué hago lo que hago? ¿Acaso, fui diseñado para estar donde estoy y hacer lo que hago o estoy creado para hacer algo más extraordinario que yo mismo, que lo que la gente dice que soy?
Cuando conocemos quienes somos y para qué fuimos creados empezaremos a ser de utilidad y empezaremos a desempeñar la función para el cual fuimos creados, y ahora nadie va a poder utilizarnos como algo más, como algo que no es valioso, porque ya tendremos un propósito definido en Dios. Solo serás de bendición en el lugar que Dios determinó para ti, así que no procura saber bien en que tierra estas plantado, porque solo podrás dar fruto en buena tierra.
¿Por qué estás agradecido? Padre, gracias, te doy gracias porque en este nuevo año, me has ayudado a entender, que fui creada con un propósito que va más allá de lo que puedo imaginar. Gracias, por hacerme una persona valiosa.
Ora: Padre amado, te pido que en tu gran amor me ayudes, a descubrir para qué he sido creada, sé que tú no haces nada por casualidad, así que te pido que en este nuevo año me ayudes a encaminar mi vida para cumplir el propósito que tú has destinado para mí. Te pido perdón si mi vida se ha alejado de aquello que tenías pensado para mí, perdóname si he querido hacer las cosas a mi manera o a mí pensar, sé que tienes los mejores planes para mí por eso hoy decido hacer tu voluntad.
Warren, R. (2002). Una vida con propósito: ¿Para qué estoy aquí en la tierra? Editorial Vida.