Basado en los conceptos del libro “Una vida con propósito” de Rick Warren.
Cinco Influencias que NOS Alejan del Propósito de Dios
Bendiciones, el día de hoy hablaremos sobre cinco cosas que comúnmente guían la vida de las personas, a menudo alejándolas del propósito que Dios tiene para ellas. Estas influencias —como la culpa, el resentimiento, el temor, las cosas materiales y la necesidad de ser aceptados— pueden esclavizarnos y evitar que experimentemos la verdadera libertad que ofrece vivir conforme a la voluntad de Dios. Hoy aprenderemos cómo reconocer y vencer estas ataduras para dejar que Jesús sea nuestra verdadera guía y encontrar paz en Él.
Versículo del día: Entrega al Señor todo lo que haces; confía en él, y él te ayudará. Salmos 37:5 NTV.
Meta: Deja que Jesús sea tu vida y no seas esclavo de las cosas que atan.
Reflexiona.
En el devocional anterior hemos visto que lo único que puede guiar nuestra vida es una persona, y su nombre es Jesús. Pongamos en las manos de Dios todos nuestros pensamientos, y confiemos en que él nos guiará al camino por el cual debemos andar.
Las personas son guiadas por muchas cosas ya sean ideas de personas a las que admiran, emociones y sentimientos, incluso por las cosas vanas de este mundo. Hoy te presento 5 de ellas:
1. La culpa : Cómo superar el pasado y vivir en libertad
Cuando a una persona lo guía la culpa es esclavo de su pasado. Esta persona vivirá toda la vida ocultando aquello que le avergüenza y vivirá huyendo de sus errores. Cuando vivimos atados a la culpa no podemos disfrutar nuestro presente, viviremos en un eterno pasado. Si una persona cometió un error en su pasado y esa persona se ha arrepentido, ha aprendido de sus errores y ha cambiado sus conductas, y fue perdonada por Dios, nosotros no tenemos por qué juzgarlo y siempre recordarle su pasado. Feliz el hombre a quien sus culpas y pecados le han sido perdonados por completo. Salmos 32:1
Cuando vivimos atados a la culpa no podemos disfrutar nuestro presente, viviremos en un eterno pasado…
Moisés, en una ocasión, al ver la injusticia con el pueblo de Dios, mató un egipcio y si Moisés, se hubiera quedado con ese sentimiento de culpa, iba a ser atormentado toda la vida y no hubiera podido cumplir el plan de Dios en su vida. Sabemos que David era un hombre conforme al corazón de Dios, pero había cometido sus errores, él al igual que muchos de nosotros, se dejó llevar por sus sentimientos e hizo cosas terribles, que deshonraban a Dios.
Mientras me negué a confesar mi pecado, mi cuerpo se consumió, y gemía todo el día. Día y noche tu mano de disciplina pesaba sobre mí, mi fuerza se evaporó como agua al calor del verano. Finalmente te confesé todos mis pecados y ya no intenté ocultar mi culpa. Me dije: «Le confesaré mis rebeliones al Señor» ¡y tú me perdonaste! Toda mi culpa desapareció. Salmos 32:3-5. David entendía que vivir con la culpa te hacía esclavo de tu pasado, pero empiezas a ser libre al confesar tu pecado, y apartarte de lo malo, y acudir a la misericordia de Dios. No importa lo que hayas hecho, Dios hoy puede perdonarte, y hacerte libre.
Muchos de nosotros nos hemos avergonzado de las cosas que hicimos cuando estábamos en el mundo, y cuando venimos a los pies de Dios, la gente nos juzga por una etiqueta que las mismas personas nos colocaron en nuestro pasado, ya sea ladrón, prostituta, asesino, traicionero, no importa quien hayas sido en tu pasado, lo importante es quien decides ser hoy. 2 Corintios 5:17. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Si Jesús te perdonó, y das fruto de arrepentimiento, no tienes por qué vivir atado a tu pasado, no tienes por qué vivir cargando la culpa. Dios quiere que vivamos en libertad, no en temor. Hoy comienza a declarar, soy libre en Jesús, y ya no soy esclavo de la culpa, ya no soy esclavo del temor, ya no soy esclavo de mi pasado.
2. La ira y el resentimiento: El poder del perdón para sanar
Las personas qué son guiadas por la ira y el resentimiento guardan heridas en su corazón, en vez de deshacerse del dolor por medio del perdón, lo mantienen una y otra vez en sus mentes.
El resentimiento siempre te dañan más a ti que a las personas con las que estás resentido. Mientras la persona que te ofendió quizás olvide la ofensa y siga su vida, o ni siquiera sabe que te ha ofendido, tú continúas reviviendo el dolor del pasado y vives una vida de dolor, por algo que pasó hace mucho tiempo.
A veces, nosotros no somos lo suficientemente inteligentes para deshacernos de todo aquello que nos hace daño y vivimos una vida llena de dolor, porque así lo decidimos nosotros. Tú puedes encontrar sanidad, en el perdón, hasta que en tu vida no se encuentre el perdón, no serás completamente libre, y esos recuerdos del pasado podrán amargar tu vida, cuantas veces quieran.
Es normal, enojarse, molestarse, pero ese enojo pasa a ser malo cuando pasa de una molestia a una agresividad incontrolable. La furia es un enojo violento que se manifiesta con gritos y gestos agitados. Una persona que está herida y al mismo tiempo manifiesta emociones violentas es un peligro para otras personas como para sí mismo.
Nosotros, cuando dejamos que la ira nos domine, no somos conscientes de nuestros actos, y al final, cuando toda esa emoción se disipa, nos chocamos con situaciones dolorosas, que nosotros mismos hemos causado.
La ira y el resentimiento son una de las cosas de las que debemos despojarnos. Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta. Efesios 4:31.
3. El miedo y el temor: Rompiendo las cadenas que nos paralizan
Las personas que son conducidas por el temor pierden oportunidades únicas porque temen aventurarse a emprender cosas por miedo a perder o por miedo a cometer errores. Este tipo de personas siempre van a los seguros y evitan todo tipo de riesgo. El temor es un tipo de cárcel que tú mismo te impones impidiéndote llegar a ser lo que Dios desea que seas.
El temor es un tipo de cárcel que tú mismo te impones impidiéndote llegar a ser lo que Dios desea que seas.
Para vencer el temor necesitamos dos armas poderosas, una es la fe y otra es el amor. Cuando yo tengo fe, yo creo que puedo llegar a hacer todo lo que Dios ha dicho de mí y no tendré miedo a dar un paso en fe, porque andaré confiado en la palabra que Dios me ha dado. Dios es amor y si Dios está dentro de mí, en mi vida no habrá temor. Cuando hay temor en una vida es porque el amor no está en ella, y cuando hay amor en una vida, el temor no tiene poder en ella. Dónde hay amor no hay temor. Al contrario, el verdadero amor quita el miedo. Si alguien tiene miedo de que Dios lo castigué, es porque no he aprendido a amar.
El temor y el miedo es una barrera que nos paraliza, si hay temor en nuestra vida es muy difícil, que podamos avanzar en nuestra vida. Si hoy estás batallando con el temor, recuerda que el temor no debe formar parte de ti. Cuando el temor invada tu vida recuerda esto. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 2 Timoteo 1:7
4. Las cosas materiales: Encontrar satisfacción en Dios no en las posesiones.
Muchas personas son guiadas con el deseo de adquirir riqueza, y cuando este se vuelve su meta principal estará perdido. Las personas creen que cuanto más dinero, cuantas más cosas posea seré más feliz. La biblia dice: Los que aman el dinero nunca tendrán suficiente. ¡Qué absurdo es pensar que las riquezas traen verdadera felicidad! Cuanto más tengas, más se te acercará la gente para ayudarte a gastarlo. Por lo tanto, ¿de qué sirven las riquezas? ¡Quizás solo para ver cómo se escapan de las manos! Eclesiastés 5: 10-11.
El apóstol Pablo, pasó por muchas situaciones difíciles, y aunque tenía posición, aunque tenía riqueza, aprendió a vivir contento con lo que tenía. No es que haya pasado necesidad alguna vez, porque he aprendido a estar contento con lo que tengo. Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco. Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas. Filipenses 4:11-13. Las posesiones solo ofrecen felicidad temporal. La verdadera felicidad se encuentra en Dios.
Es un error pensar, cuantas más cosas posea más feliz seré.
Proverbios 17:1. Dice: Mejor comer pan duro donde reina la paz, que vivir en una casa llena de banquetes donde hay peleas. Hay cosas más valiosas en la vida que lo mucho que posees, cómo vivir en paz, tener a tu lado a las personas que amas, dormir en paz. Muchas veces las muchas riquezas y posesiones nos vuelven orgullosos, creo que las riquezas vienen a probar el corazón de las personas.
5. La Necesidad de aceptación: recuperando tu identidad en Cristo
Cuando dejamos que otras personas tomen decisiones importantes en nuestras vidas, para agradar a otros o para sentirnos aceptados, estamos perdiendo nuestra identidad. Cuando dejamos que otras personas controlen desde nuestros gustos, expectativas y hasta sueños y decisiones por nosotros, estaremos dejando de vivir nuestras vidas, para vivir la vida de otros. No está mal, respetar el consejo de una persona que tiene buena influencia en ti, o de tu familia, pero cuando haces las cosas con el fin de llenar un vacío en tu vida, cuando haces esto para sentirte importante, significa que estás de camino al fracaso.
Hay que tener cuidado con este tema porque cuando una persona es guiada por la opinión de los demás, significa que sin importar cuánto daño le pueda causar, sin importar que ofenda a Dios o haga algo que esté en contra de su voluntad, lo hará porque lo único busca es recibir aprobación. La biblia dice: Y todo lo que hagáis, hacedlo de ánimo, como al Señor, y no a los hombres; Colosenses 3:23. Si vives de está manera, te conviertes en un esclavo de otros, con el único fin de ser aceptado. Estarás dispuesto a perder tu identidad, dejas de ser tú, para empezar a ser otra persona. Cuando vivimos para agradar a las personas, estaremos muy lejos de cumplir el plan de Dios para nuestra vida.
Recuerda. No dejes que la culpa, el resentimiento, la ira, el temor, el materialismo, y la opinión de las personas guíen tu vida. El único que debe guiar tu vida es Jesús. Procuremos ser libres de todo aquello que nos paralice, que nos separe de Dios. Cuando somos direccionados por Dios, daremos pasos firmes, no andaremos a oscuras y en nuestro camino no habrá tropiezo.
¿Por qué estás agradecido? Padre, gracias por tu bondad y amor hacia mi vida, gracias por enseñarme que mi vida no debe ser guiada por las personas, ni por los bienes que poseo. Gracias, por hacerme libre de mi pasado y del temor.
Ora: Padre, te pido que tú me ayudes a tener cuidado de mí mismo, te pido que me ayudes a ser guiado por ti, que las riquezas, que las posesiones, y las voces de los demás no gobiernen mi vida. Te pido que me ayudes a entender que me has hecho libre y que si tú estás en mi vida no tiene por qué haber temor en mí. Y también quiero que me ayudes a perdonar a los que me ofenden y a despojarme de toda ira y todo resentimiento.
Warren, R. (2002). Una vida con propósito: ¿Para qué estoy aquí en la tierra? Editorial Vida.