Basado en los conceptos del libro “Una vida con propósito” de Rick Warren.
Bendiciones, el día de hoy hablaremos de cómo Dios ve nuestras vidas.
Versículo del día: Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman. Santiago 1:12. NVI
Mateo 25:29. A todo el que se le ha dado mucho, se les dará mucho; y al que se le ha confiado mucho, se le pedirá aún más.
Meta: Ver la vida a la manera de Dios.
Reflexiona.
La manera en que vez tu vida modela tu vida
Nuestra forma de ver la vida, es la que determina cómo vivirla. La manera en la que definas tu vida determina tu destino. Qué importante es nuestra visión de la vida, pues, ella es la que le da forma a todo lo que haces. Es decir, que la manera en la que veo las cosas influirá en todo lo que hago o dejo de hacer. La manera en la que veo mi vida, me ayudará a ser más perseverante, o menos responsable, o más enérgico, o indeciso.
Tu perspectiva silenciosa influye en tu vivir más de lo que imaginas. Ella determina tus expectativas, tus valores, tus relaciones, tus metas y tus prioridades. Si ves la vida como una carrera, le darás mucha importancia a la velocidad y es posible que siempre andes deprisa. Si ves la vida como un maratón, la perseverancia será valiosa para ti. Si ves la vida como una oportunidad, aprovecharás cada posibilidad que ella te brinde.
Hay personas que no le dan importancia a sus acciones, a lo que pasa en sus vidas porque no ven la vida de manera responsable. La gente piensa que la vida, viene establecida, para algunos la vida es un juego, para otros la vida es un sobrevivir constante, pero la verdad, es que aunque a veces nos quejamos, somos nosotros mismos los que tomamos las decisiones, y aunque creamos que no tienen repercusiones, la verdad es que cada acción tiene su reacción. Por eso, debemos vivir nuestra vida de la mejor manera posible.
La vida que tenemos es prestada, cuando vienes a Dios, ya no vives para ti, vives para él, y un día tendremos que rendir cuenta, de todo aquello que llegó a nuestras manos, a nuestras vidas, por eso, tratemos de ser buenos administradores y cuidemos todo lo que Dios ha permitido que llegue a nuestra vida.
Hoy veremos dos enfoques que nos enseñaran a ver la vida a la manera de Dios:
1. La vida en la tierra es una prueba
Dios nos prueba una y otra vez para formar nuestro carácter, la vida sin procesos, es una vida sin formación, sin madurez. Porque es en el proceso que la vasija es moldeada, es pulida, es destrozada para luego volver a ser reconstruida. Dios me dijo una vez, yo permití que te rompieran para volverte a hacer, para que seas una vasija inquebrantable. Dios nos compara con una vasija, muchas veces vamos a ser deformados para que Dios nos vuelva a construir.
El carácter se desarrolla y se manifiesta por medio de las pruebas.
Hasta que Dios no vea que tenemos la forma perfecta, Dios no dejará de darte forma, él quitará y pondrá lo que sea necesario para que tú llegues a ser perfecto. Por eso Dios permite las pruebas para hacernos crecer, en cada incierto que cometemos podemos hacer dos cosas: 1. Hacemos bien las cosas esta vez y pasamos la prueba. 2. Seguimos cometiendo el mismo error, y continuamos en el proceso de formación.
1 Pedro 1:7. Estas pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo. Dios no exhibirá una vasija que no esté lista. Para que la vasija sea resistente necesita ser pasada por fuego. Cada proceso te añade una nueva experiencia, te añade entendimiento, te añade una insignia de que ya puedes pasar al siguiente nivel. En esta vida nunca dejamos de aprender día a día, tenemos que pasar pruebas, para subir de nivel, muchas veces no estamos preparados y volvemos a repetir la prueba, y así mismo es en nuestra vida espiritual. Cada prueba, no aprobada, tendrá que ser repetida, porque hasta que no venzas las pruebas y las tentaciones, no puedes obtener ese nivel de gloria que Dios tiene para ti.
El carácter se desarrolla y se manifiesta por medio de las pruebas; siempre serás probado. Dios observa constantemente tu reacción con la gente, los problemas, los éxitos, los conflictos, la enfermedad, el desaliento. Dios está pendiente de las cosas más pequeñas, de las cosas más simples.
Muchas veces, tu amor será probado en las personas, tu esperanza en tus posiciones y tu fe en los momentos difíciles. Una prueba importante y que no todos no logramos pasar es cuando la presencia de Dios se aparta un tiempo. Muchas veces Dios quiere ver que vas a hacer cuando él está distante, qué harás cuando él no te hable. En esos momentos hacemos lo que nos dicta la voluntad, y emociones, pero ahí es donde debemos buscar y esperar pacientemente a Dios, siendo fieles. Cuando Elías quería escuchar a Dios en un momento difícil, él tuvo que quedarse quieto, en silencio, él esperaba confiadamente, y en un momento la voz de Dios, vino a él.
Cuando entiendes la vida como una prueba, te das cuenta de que nada es insignificante para ti. Aun los percances más pequeños tienen un significado para el desarrollo de tu carácter. Aún las pruebas que parecen más insignificantes son las que tienen repercusión en tu vida, son las que tienen implicaciones en tu eternidad.
Lo bueno es que Dios quiere que pases la prueba. 1 corintios 10:13. Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir. Cada vez que pasas una prueba, Dios hace planes para recompensarte en la eternidad. Santiago 1:12. Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman.
2. La vida es un fideicomiso
Nuestro ímpetu, inteligencia, oportunidades, relaciones y recursos son todos dones que Dios nos ha confiado para cuidar y administrar. Somos mayordomos de todo lo que Dios nos da. La verdad es que no tenemos nada en esta breve estadía en la tierra. Todo lo que tenemos es prestado. Cuando Dios creó a Adán y Eva, le entregó el cuidado de su creación, y los nombró administradores de su propiedad. Todo es de Dios. Dios es el dueño de toda la tierra y lo que hay en ella.
Así que podemos decir, que el primer trabajo que Dios le dio a los hombres fue administrar y cuidar las cosas de él en la tierra. Ser buenos administradores es parte de nuestro propósito. Todo aquello que nosotros disfrutamos y tenemos, debemos tratarlo como encargo que Dios no ha puesto en nuestras manos. Debemos saber administrar bien nuestro tiempo, nuestras relaciones, nuestras posesiones y todo lo que Dios nos haya permitido tener en esta vida.
La Biblia dice: que a los que reciben un encargo se necesita que demuestren ser digno de confianza.
En el mundo las personas tienen la filosofía: Si no es tuyo, no lo cuides. Pero nosotros como cristianos sabemos que Dios es el dueño de todo y tenemos que cuidar lo mejor posible lo que nos ha entregado.
Jesús habló de esto en la parábola de los talentos y la verdad es que cuando nosotros somos buenos administradores ocurren tres cosas: 1. Dios te dará su aprobación y te dirá buen trabajo, bien hecho. 2. Se te dará un ascenso y una responsabilidad mayor en la eternidad. Te pondrán a cargo de muchas cosas más. 3. Entonces serás honrado con un festejo: ven y comparte las felicidades maestro.
Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Mateo 25:20-21.
Uno de los retos que enfrentamos es administrar nuestras finanzas, si bien, creemos que es producto de nuestro esfuerzo y trabajo, es una de las cosas que Dios te ha confiado para que la sepas administrar. El dinero es tanto una prueba como un fideicomiso. La manera en la que utilicé mi dinero (riquezas mundanas) determinará cuántas bendiciones espirituales me puede confiar Dios. (las verdaderas riquezas).
Dios espera que seamos dignos de confianza, Dios ha puesto muchas cosas en tus manos, él te lo ha confiado porque ha visto en ti la capacidad para cuidar, ha visto en ti fidelidad y honradez. Cuando somos responsables y somos buenos administradores, Dios te encargará más responsabilidad. A todo el que se le ha dado mucho, se les dará mucho; y al que se le ha confiado mucho, se le pedirá aún más. Mateo 25:29.
Recuerda. La vida es una prueba y un encargo, cuánto más Dios te da, más responsable espera que seas.
¿Por qué estás agradecido? Señor, gracias por tu amor y misericordia, gracias por cada día revelarnos tu palabra. Gracias porque aunque somos probados, tú nos das juntamente con ella la salida.
Ora: Señor, te pido que me ayudes a ser buena administradora de todo lo que tú permites, que llegue a mi vida, ayúdame a ver la vida de la forma en la que tú la ves.
Warren, R. (2002). Una vida con propósito: ¿Para qué estoy aquí en la tierra? Editorial Vida.