FUIMOS CREADOS PARA LA GLORIA DE DIOS II

 Basado en los conceptos del libro “Una vida con propósito” de Rick Warren.

Bendiciones, el día de hoy hablaremos de cinco formas en las que podemos darle la gloria de Dios.

Versículo del día:Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén” (Romanos 11:36 RVR)

El evangelio de Juan declara que Todo lo creado fue hecho por nuestro Señor Jesús, él es el autor de la vida. Por otro lado, el Apóstol Pablo declara que todo lo creado fue creado para alabar, agradar a Dios.

¿Cómo puedo darle la gloria a Dios?

¿Cómo puedo darle la gloria a Dios?

Nosotros le damos la gloria a Dios, cuando cumplimos nuestro propósito aquí en la tierra. Juan 17:4 Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. Todos le damos la gloria a Dios cuando cumplimos el propósito por el cual fuimos creados.

1. Glorificamos a Dios cuando lo adoramos.

Adoramos a Dios cuando disfrutamos de su compañía. Nuestra adoración debe ser de manera voluntaria, dada desde el amor, la gratitud y el gozo. Cuanto más satisfechos nos sentimos de él, más lo glorificamos.

La adoración va más allá de un canto, de una alabanza o una oración. La adoración es un estilo de vida. Es gozar de Dios, es amar a Dios, es entregarle nuestras vidas para que él la use de acuerdo a sus propósitos. Cuando usamos nuestra vida para la gloria de Dios, todo lo que hacemos se vuelve un acto de adoración.

2. Glorificamos a Dios cuando amamos a los demás.

Una de las cosas que debemos hacer es aprender a amar a los demás y más a la familia de la fe. Dios es amor, y debemos amar como Dios ama sin condiciones, Dios lo entregó todo, muchas veces nos da miedo entregarlo todo porque tememos que los demás no sean recíprocos y correspondan a nuestro amor.

A veces, se nos hace difícil amar a los demás cuando día a día lo único que miramos son sus errores, son sus pecados, pero la biblia dice que debemos mirarnos y examinarnos nosotros primero, antes de hacer juicios contra los demás. Cuando ves a tu prójimo como lo ve Dios, te será más fácil amarlo. Nosotros pecamos, y fuimos destituidos de la gloria de Dios, pero Dios no se fijó solo en tu pecado, te vio como su creación perfecta, como su hijo. Cuando miramos a nuestros hermanos no como un pecador, sino como hijo de Dios. Nos daremos cuenta de que él también merece tu amor, porque cristo también murió por él. Y si Dios lo ha perdonado y lo ha limpiado, quien soy yo para juzgarlo por su pasado.

Dios demostró su amor por la humanidad al mandar a su hijo en lugar de nosotros, para borrar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Entonces, eso quiere decir, que yo, en pequeños, actos y acciones, puedo demostrar el amor de Dios a los demás. Demos por gracia, lo que por gracia hemos recibido. Dios no te pone condiciones para amarte más o amarte menos. Así nosotros no podemos amar en base a condiciones. Si queremos ser verdaderos discípulos, Jesús, nos manda a demostrar nuestro amor por los demás, no solo a decirlo, demostrarlo.

Juan 13:34-35. 34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

3. Glorificamos a Dios cuando nos asemejamos a Dios.

Dios quiere que lleguemos a ser como él. “La madurez espiritual consiste en pensar, sentir, y actuar como lo haría Jesús. Cuanto más desarrollemos nuestro carácter conforme al de Cristo, más reflejaremos la gloria de Dios” (Warren, Una vida con propósito, 2002).

El día de hoy, comienza a observar y practicar cómo vivió Jesús: cómo hablaba, cómo respetaba a sus padres terrenales, cómo se comportaba, cómo anhelaba hacer la voluntad del Padre, cómo miraba a los demás y cómo mantenía comunión con el Padre. Al hacerlo, empezarás a parecerte más a Él.

Pablo nos exhorta en Efesios 5:1-2 (RVR): “Por lo tanto, imiten a Dios en todo lo que hagan porque ustedes son sus hijos queridos. Vivan una vida llena de amor, siguiendo el ejemplo de Cristo. Él nos amó y se ofreció a sí mismo como sacrificio por nosotros, como aroma agradable a Dios.”

4. Glorificamos a Dios cuando servimos a los demás con nuestros dones.

Dios nos creó con talentos, habilidades y capacidades, no para usarlos de manera egoísta, sino para bendecir y servir a los demás, aprovechando nuestras facultades para el beneficio mutuo (basado en Warren, Una vida con propósito).

La biblia dice que de nada sirve tener dones y talentos extraordinarios si en mi vida no hay amor. “Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido” (1 Corintios 13:1. NVI)

Muchos anhelamos ser usados por Dios, pero ¿Qué piensas hacer con lo que lo que Dios te dará? Si solo quieres los dones para usarlo a tu conveniencia estás equivocado. Porque muy bien dice la biblia que los dones, no son para usarlos de forma egoísta, sino para la edificación de los demás.

Pablo, en una ocasión, amonestó a los creyentes de Corinto que anhelaban ser usados por Dios con sus dones, exhortándolos a procurar utilizarlos para edificar el cuerpo de Cristo, que es la iglesia (1 Corintios 14:12).

Jesús quiere que entre nosotros aprendamos a servirnos, que no haya celos, envidia, ni ningún tipo de desacuerdo. “Pero entre ustedes será diferente. El que quiera ser líder entre ustedes deberá ser sirviente, y el que quiera ser el primero entre ustedes deberá convertirse en esclavo. Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por mucho” (Mateo 20:26-28 NTV)

5. Glorificamos a Dios cuando le testificamos a los demás.

Dios no quiere esconder su amor y que sus propósitos sean secretos. Una vez que conocemos la verdad, Dios espera que la anunciemos, que la compartamos con otros. (Warren una vida con propósito) Si has encontrado un tesoro, en vez de quedártelo para ti, debes compartirlo con los demás.

Muchos de nosotros tenemos la osadía de pensar que las buenas noticias de salvación son solo para nosotros, o para personas que encajan en el perfil de salvos, de santos, de justos. Pero la verdad es que las buenas noticias son para todos.

Lo vemos claramente en Marcos 16:15. “Entonces les dijo: Vayan por todo el mundo y prediquen la Buena Noticia a todos”. La salvación fue dada por gracia, no se puede comprar, no se puede ganar, Dios la regala para todos. Así que no seamos impedimentos para que los demás se salven. No tenemos el derecho y el poder de decidir quienes han de ser salvos. Las buenas noticias deben ser anunciadas a todos.

¿Para qué vivirás?

Vivir para la gloria de Dios implica cambios en tus decisiones, en tus planes, en tus prioridades y en tus relaciones. (Warren una vida con propósito). En otras palabras, vivir para la gloria de Dios implica morir al ego para que la voluntad de Dios se manifieste en nosotros.

Hacer la voluntad del Padre era el mayor anhelo de Jesús, ya que sabía que toda su vida dependía de la guía del Espíritu Santo. Por lo tanto, el amor y el deseo de agradar al Padre hacen que cualquier sacrificio se torne más llevadero.

Oramos: Padre, gracias por revelar tu gloria a nuestras vidas y por enseñarnos a darte gloria en todo momento. Gracias por diseñarnos para tu perfecta voluntad. Te bendecimos y te glorificamos en el nombre de tu hijo amado Jesús amén.

 Warren, R. (2002). Una vida con propósito: ¿Para qué estoy aquí en la tierra? Editorial Vida.

Piper, J. (n.d.). ¿Qué es la gloria de Dios? Coalición por el Evangelio.

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