Bendiciones, hoy terminamos con nuestra semana “creando buenos hábitos” espero que puedas seguir poniendo en práctica cada una de las cosas que has aprendido esta semana. Hoy hablaremos de como ser constantes en la oración.
Versículo del día: Lucas 18:7-8.7 ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? 8 Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
Meta para hoy: Dedica un tiempo a la oración con fe, sin permitir dudas. Vuelve a Dios en oración varias veces durante el día y confía en que Él escucha y responde en su tiempo perfecto.
La importancia de la constancia en la oración:
Jesús en esta ocasión les cuenta a los discípulos una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar. (Leer Lucas 18:1-8) Jesús sabía cuan importante era la constancia en la oración y continúa diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Es decir que en aquella ciudad había dos clases de personas, un juez, se dice que era un hombre que no tenía temor de Dios, ni respetaba a los hombres, pero también dice que en esa misma ciudad había una viuda, que iba delante de él a pedir justicia.
Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
Jesús, por medio de esta parábola nos insta a orar, pero no solo a orar, nos dice que si pedimos a Dios por cualquier situación que estemos pasando, él responderá a nuestro clamor. Pero esto es a quienes claman día y noche. Esto no es que un día oramos a Dios para que nos ayude a salir de una situación difícil o que sane a un familiar y a los dos días ya no oramos porque pensamos, ya lo he pedido a Dios y Dios conoce mi petición.
A veces pensamos que con presentar nuestra petición a Dios una sola vez es suficiente, y no es que eso esté mal. Podemos confiar en que Dios escuchó nuestra oración y que Él hará su obra; así, dejamos de preocuparnos o agobiarnos pensando si Dios realmente nos escuchó. Sin embargo, la clave está en ser constantes y en seguir presentando nuestra petición ante Dios, tal como hizo la viuda en la parábola.
Jesús dice: sí eres insistente como la viuda que obtuvo su respuesta, así también recibirás la respuesta por parte de tu Padre celestial que te escucha orando día tras día. Dios ve tu fidelidad, Dios ve tu constancia.
La oposición espiritual en la oración:
Muchas veces no vemos resultados inmediatos de nuestras oraciones; es más, pareciera que cuanto más oramos, más problemas o situaciones contrarias enfrentamos. ¿Por qué sucede esto? La realidad es que, en muchos casos, Dios ya ha escuchado tu oración y ha decidido ayudarte, pero también, como ocurrió en la historia de Daniel, puede haber una oposición espiritual.
En Daniel 10:12-14 el ángel le dice a Daniel: “No temas, porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender ya humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; ya causa de tus palabras yo he venido. Pero el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; y Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme”.
Así que, si ves que los resultados no llegan, no desistas. Tal vez Dios ya ha decidido responderte, pero en el ámbito espiritual se está librando una batalla para que esa respuesta llegue a ti.
Por eso, no debemos rendirnos cuando presentamos una petición a Dios. Debemos seguir el ejemplo de Daniel y orar con persistencia hasta recibir lo que pedimos. La respuesta que esperamos en lo visible, está siendo peleada en lo invisible, en el mundo espiritual.
La fe como clave en la oración:
Dios escucha tu oración, él ve tu disposición, y tu necesidad, pero es necesario tener fe.
No recibimos porque aunque oramos no creemos que Dios hará la obra. Uno de los impedimentos que nos impide ver la obra de Dios es la falta de fe que hay en nuestro interior.
Jesús en una ocasión el Espíritu Santo estaba sobre Jesús para hacer milagros, pero por la incredulidad que había en ese lugar, Jesús se fue de aquel lugar sin hacer ningún milagro. Había necesidad, disposición de hacer la obra de Dios sanando enfermos, los pero en el pueblo no había fe.
No dejes que la duda y la incredulidad impidan que Dios haga un milagro en tu vida. Recuerda ser insistente como la viuda y pide con fe y estoy segura de que recibirás tu respuesta.
Reflexiona: ¿Estoy orando con la fe y la constancia necesarias para ver la obra de Dios en mi vida, o permito que la duda y la impaciencia me alejen de su respuesta?
Ora. Señor, gracias por enseñarme la importancia de orar y más aún ser constante, te pido que así como la viuda me ayudes a desarrollar esa constancia en la oración. Gracias, por escuchar mis oraciones y por estar atento a mis súplicas.
¿Por qué estás agradecido? Hoy agradezco a Dios por tomar en cuenta cada una de mis súplicas, y por hacerme justicia, sé que responderás a mis oraciones si oro con fe.